Ya han pasado tres días desde que le operaron a Athos. Todo salió bien a pesar de sus 12 años y medio de edad. Le sacaron un plástico blando del estómago, que era lo que en ocasiones le obturaba el píloro. A raíz de la operación, vieron que el hígado no estaba bien. Tiene muchas manchitas. Es algo que les ha extrañado a los veterinarios de Athos, porque los análisis de sangre que le hicieron hace dos semanas estaban perfectos.
Ahora Athos está con sus puntos en la tripa, con todo el tronco vendado, con su campana y el bozal para que ni por asomo llegue a tocarse los puntos. (El año pasado tuvo otra operación, se saltó los puntos, y fue un cristo para conseguir cerrar la herida).
Está tomando unas cuantas pastillas que hay que ir administrándole cada 2, 3, 1 horas (metronidazol, urbason, zantac)… papilla (convalescence support) también cada ciertas horas… Vamos, ¡que menos mal que tenía vacaciones estos días para poder atenderle bien!
Parece que Athos se va recuperando bien. Esta mañana nos hemos levantado con Pamplona nevada, y Athos ha podido disfrutar un poquito de la nieve (¡le encannnnnnta!) en un paseo cortito que hemos dado 🙂
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