Volver al trabajo después de un año y dos meses es duro. Los meses se han pasado volando y Kerman ya está a punto de cumplir un año. Todo este tiempo me he centrado tanto en la crianza que me preguntaba cómo empezar de nuevo…
Mi amiga Amaia me pasó esta imagen, que ilustra a la perfección cómo me sentía… dios… Primer día, encender mi ordenador, y que Gmail me diga que no estoy entrando a mi cuenta del curro desde donde lo suelo hacer… claro, Gmail, ¡no entro en mi cuenta del curro desde hace un año!
Al menos el resto ha ido más o menos rodado. Lo peor es la ansiedad de la primera semana sobre todo, que aún dura al acercarse por fin la hora de ir a buscar a mi chiquitico a la guarde.
C’est la vie!